La actividad teatral está unida generalmente a un espacio que llamamos teatro o a la propia calle convertida eventualmente en lugar de encuentro con un público que compagina el paseo con la asistencia a un espectáculo. El espectáculo teatral está protagonizado por unos actores y es participado por un público. Tras el encuentro normalmente queda una experiencia compartida que puede ser más o menos fugaz. Ha habido un acto de comunicación. Si no se hubiera producido el teatro dejaría de tener sentido.
A la hora de plantearnos un teatro social no podemos menos que centrarnos en el contenido y en la calidad de la comunicación y a partir de ahí explorar caminos que puedan condicionar el espacio y el encuentro de una forma sensiblemente significativa para esa comunicación.
El teatro Zero quiere avanzar por ese camino. Para ello necesita:
1: Actores-comunicadores que entiendan su trabajo como una herramienta de trasformación social, por que saben del valor de la comunicación. Personas que parten de la escucha como el camino para acercarse a trabajar desde la verdad traicionando lo menos posible aquello de lo que quieren hablar.
2: Una red de amigos promotores y distribuidores que asuman la organización de encuentros en sus propias casas y las casa de amigos y conocidos.
3: Unas obras creadas desde la escucha atenta a los sufrimientos del mundo y que permitan ser puente y esperanza a la vez que estímulo para la transformación.
4: Unas estrategias de diálogo que prolonguen el eco del encuentro teatral en las vidas de aquellos que asisten a la acción teatral.
El teatro zero se representa fundamentalmente en casa particulares por la voluntad de los que habitan en ellas, supone un encuentro entre ellos y aquellos a quienes han invitado y el actor o actriz y aquellos a quienes representa.
Se hace un llamamiento a todos aquellos que conociendo el teatro de la escucha están dispuestos libre y personalmente a formar parte de la primera experiencia de teatro zero.
ANIMAROS ES UNA GRAN OPORTUNIDAD.
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