Las vidas del hombre y del cerdo

Pelear por la porción de pienso, hozar con los instintos en el fango, acostumbrarse al hedor olvidados del día de San Martín hasta que llega el golpe certero del matarife. Pero he aquí que la muerte se adelanta al estéril sacrificio. Una epidemia hace que en las pocilgas las hembras devoren a sus fetos y que los cerdos jóvenes asfixien a los más viejos o enfermos. Con la bajada de ventas los trabajadores de la industria porcina se ven afectados. La lucha por el puesto, con el único horizonte de un horario rutinario y vacío, sin más esperanza que la de una muerte indolora, hace que las vidas del cerdo y el hombre se crucen, se confundan». Estas son algunas de las claves de la obra El régimen del pienso, la última propuesta de la compañía andaluza La Zaranda, que el sábado (20,30 horas, 10 euros) se presenta en el Teatro Principal dentro del XVI Ciclo de Teatro Joven organizado por el Instituto Municipal de Cultura en colaboración con la Universidad de Burgos (UBU).

Una escena de ‘El régimen del pienso’, que se sube al escenario del Teatro Principal este próximo sábado.

La trayectoria de este grupo, que se subtitula ‘Teatro inestable de Andalucía la Baja’ tiene más de 30 años en los que ha realizado una intensa labor creativa que le ha valido un gran prestigio internacional. En esta ocasión, la compañía cuenta en su reparto con un actor bien conocido en Burgos, Javier Semprún, fundador de la vallisoletana Teatro Corsario y protagonista de Los girasoles rotos, la producción del Ballet Contemporáneo de Burgos que optó a un premio Max de Teatro en 2012.

Además de Javier Semprún se suben a escena Gaspar Campuzano, Francisco Sánchez y Luis Enrique Bustos para componer la obra de Eusebio Calonge. La música es de Amadeo Vives, Pablo Luna y J.N. Hummel. El estreno de El régimen del pienso tuvo lugar el pasado mes de noviembre en el Festival de Otoño de Cataluña en Salt (Gerona).

Desde su creación como grupo en 1978, han sido doce los trabajos realizados por La Zaranda. Los Tinglados de Maria Castaña (1983) fue el primero en conocerse en el ámbito nacional. Le siguieron Mariameneo Mariameneo (1985) que superó las cien representaciones. 

Con Vinagre de Jerez (1989) se fue acrecentando y consolidando su presencia internacional. Después vinieron Perdonen la tristeza (1992), Obra póstuma (1995), Cuando la vida eterna se acabe (1997), La puerta estrecha (2000), Ni sombra de lo que fuimos (2002), Homenaje a los malditos (2004), Lo que ríen los últimos (2006), Futuros difuntos (2008) y Nadie lo quiere creer. La patria de los espectros.