Disfruté mucho con este carnaval, es una forma de dar la bienvenida al nuevo año y dejando de lado los malos espíritus.
Lo peculiar de La Vijanera es su condición de fiesta pagana que sigue permaneciendo hasta nuestros días. Los disfraces tan elaborados y el espectáculo que proporcionan hace a La Vijanera completamente recomendable.


La segunda parte de la celebración trata de hacer crítica del año que acaba. Los mozos vijaneros se reúnen en la plaza del pueblo y leen unas coplas que, en lenguaje popular y tonos que van desde la jocosidad hasta el ensañamiento, analizan lo sucedido en el pasado año desde nivel local al internacional.
La fiesta termina con dos actos, primero se produce "la Preñá", es decir el parto o nacimiento del nuevo año. Tras esto, La Vijanera concluye con la muerte del Oso, que simboliza la victoria del bien sobre el mal y el deseo de buenos propósitos para el nuevo año.
Como puede comprobarse, en esta fiesta se representa el deseo de desterrar el año pasado y preparar el camino al entrante para que comience con ilusión y buenos augurios. Quizá sea por ello por lo que el dios romano Jano es el encargado de presidir La Vijanera. De hecho, Jano (Janus en latín) deriva de Jauna, esto es, puerta, lo que puede querer significar "puerta entre dos años" si tomamos en cuenta el prefijo vi- (bi-, dos).
Como aliciente a la celebración en sí, en las recientes ediciones se ha instaurado un premio de fotografía. Por otra parte, existe un Centro de Interpretación de la festividad en Silió, que muestra los trajes más representativos, máscaras, coplas y demás materiales propios de la mascarada. Ambas iniciativas han sido promovidas por la Asociación de Amigos de la Vijanera, responsable de la organización y recuperación de este evento hace ya más de 30 años tras su prohibición durante el franquismo.
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